Terapia hormonal en mujeres, ¿es segura?


Todas las asociaciones científicas relacionadas con la menopausia son partidarias de la Terapia de Reemplazo Hormonal: entre ellas la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia.

Un estudio publicado en el British Medical Journal concluye que las mujeres tratadas con Terapia de Reemplazo Hormonal tienen menor mortalidad (reducción de un 40%), insuficiencia cardíaca e infarto de miocardio, sin incremento de cáncer de mama, tromboembolismo o apoplejía.

Dirección médica de Neolife


En Neolife proponemos los programas más vanguardistas de la denominada Age Management Medicine, o “Medicina Preventiva Antiaging”, con el objetivo de prevenir las enfermedades relacionadas con el envejecimiento y mantener una buena calidad de vida a pesar del paso de los años.

terapia hormonal beneficios

Para ello nuestros protocolos se fundamentan en la determinación de numerosos biomarcadores, que pretenden identificar de forma precoz los factores de riesgo y definir el punto de partida de las estrategias proactivas referentes a:

  • Dieta de bajo índice glucémico.
  • Ejercicio correctamente prescrito.
  • Suplementación nutricional específica.
  • Terapia de Reemplazo Hormonal Bioidéntico, si se precisa.
  • Detoxificación y deshabituación tóxica.
  • Sueño y descanso adecuados.
  • Equilibrio emocional.

[Puede leer más acerca de los pilares de la Medicina Preventiva Antiaging en este enlace].

Quizás el punto más controvertido es el de la Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH). La palabra hormona tiene una connotación negativa en el entorno que nos rodea, especialmente en nuestro país: ganado hormonado, deportistas dopados con hormonas, cáncer producido por hormonas… Incluso el colectivo médico no especializado en esta área de la medicina (y no familiarizado con la reciente literatura científica y práctica médica), muestra sus reparos. Es lógico, por tanto, que muchas personas muestren ciertos recelos a la hora de plantearse iniciar una TRH.

La Terapia de Reemplazo Hormonal Bioidéntica retrasa o atenúa muchas de las enfermedades asociadas al envejecimiento.

Pero la realidad es bien distinta. Las hormonas tienen importantísimas funciones fisiológicas para el normal funcionamiento de nuestro organismo y su disminución con el paso de los años es un hecho de sobra conocido. El envejecimiento produce una caída de la producción hormonal, y esta falta de hormonas se vincula con signos, síntomas y enfermedades relacionadas con el envejecimiento como la enfermedad cardiaca, la diabetes, el Alzheimer, la osteoporosis, la sarcopenia o el insomnio.

La cuestión está en si se deben o no corregir las deficiencias hormonales. La medicina tradicional solo actúa en caso de enfermedad diagnosticada y rara vez de forma preventiva; sin embargo, la Medicina Preventiva Proactiva se adelanta a la aparición de la enfermedad y corrige esos biomarcadores sub-óptimos que, no estando todavía en el rango de enfermedad, tampoco lo están en el rango de excelencia. La TRH no va a parar el envejecimiento, pero puede retrasar o atenuar muchas de las enfermedades asociadas a él y mejorar la calidad de vida.

Pero se nos plantean dudas como, ¿es segura la TRH?, ¿produce cáncer?, ¿realmente previene la aparición de enfermedades?, ¿nos vamos a sentir mejor?

Recientes estudios desmienten la incidencia de cáncer de mama en las TRH.

En cuanto a su seguridad y la relación con el cáncer, esta es la situación actual de la literatura científica en lo relativo a TRH con hormonas femeninas (estrógenos y protestágenos en mujeres):

  • En el año 2002 se suspendió de forma precipitada el estudio WHI (The Womens Health Initiative), debido a un incremento de la incidencia de cáncer de mama y tromboembolismo en las mujeres que recibían TRH en ese estudio. La prensa general se hizo eco de esta noticia y se generó una alarma pública provocando que millones de mujeres en todo el mundo abandonaran su TRH en la menopausia.

La situación a día de hoy, y después de numerosas investigaciones sobre aquellas conclusiones, es que aquel estudio erró en la selección de las mujeres que debían ser tratadas (eran mayores, con una media de 64 años, bastantes de ellas por encima de los 70, muchas fumadoras y con otros factores de riesgo cardiovascular, y nunca habían sido tratadas anteriormente con hormonas) y erró también en el tipo de hormonas que se les administró (una combinación de estrógenos de yegua -Premarin- y una progesterona sintética -medroxiprogesterona- responsable del aumento del cáncer de mama).

  • Un interesante artículo publicado en 2012 en el BMJ (British Medical Journal) sobre mujeres postmenopáusicas jóvenes (45-58 años), seguidas durante 10 años, demostró que las mujeres con TRH durante 10 años tenían menor mortalidad (reducción de un 40%), insuficiencia cardiaca e infarto de miocardio, sin incremento de cáncer de mama, tromboembolismo o apoplejía. Incluso aquellas mujeres que empezaron su TRH antes de los 50, presentaron una reducción de la incidencia de cáncer de mama.
  • Otro estudio publicado en julio de 2013 en el American Journal of Public Health, estimó que entre el 2002 y el 2011, un mínimo de 18.601 y un máximo de 91.610 mujeres postmenopáusicas histerectomizadas, de características similares a las del estudio WHI, murieron prematuramente por la retirada alarmista de la TRH con estrógenos.

La Terapia de Reemplazo Hormonal, respaldada por las asociaciones científicas relacionadas con la menopausia.

Desde las noticias incendiarias del WHI en 2002 hasta hoy, millones de mujeres han perdido la oportunidad de prevenir enfermedades y mejorar su calidad de vida física, social e íntima, reduciendo los síntomas de la menopausia.

Actualmente, todas las asociaciones científicas relacionadas con la menopausia son partidarias de la TRH: entre ellas la AEEM, Asociación Española para el Estudio de la Menopausia. Por supuesto, esta terapia debe estar bien prescrita y correctamente administrada.

Como se apuntaba al principio de este documento, un buen programa de Medicina Antienvejecimiento no consiste sólo en TRH. El abordaje integral de la nutrición, el ejercicio, los suplementos nutricionales, la TRH, el descanso, la deshabituación tóxica y el equilibrio emocional es, hoy por hoy, y a la espera de los avances en terapia génica y células madre, la clave para vivir mejor durante más tiempo.