

Nuestro organismo envejece a medida que nuestras células se dividen. Los telómeros desempeñan un papel fundamental en la protección de su integridad.
Los telómeros son los extremos de los cromosomas. Una analogÃa común es imaginar que son como las fundas de plástico del extremo de los cordones de los zapatos, que impiden que estos se deshilachen. Los telómeros están formados por repeticiones en tándem de una secuencia de ADN y proteÃnas asociadas.
El problema celular se produce cuando el acortamiento de los telómeros es tal que durante el proceso replicativo estos no puedan preservar el ADN de los cromosomas, produciendo la inconsistencia del material genético.
Estudios cientÃficos demuestran que dicha inconsistencia es la causante, entre otros, del envejecimiento y de la aparición de enfermedades relacionadas con la edad, como son las patologÃas cardiovasculares, las enfermedades neurodegenerativas, la diabetes y la infertilidad, asà como algunos tipos de cáncer y de enfermedades infecciosas.
Sin embargo, en el organismo se encuentra la telomerasa, una encima que permite la regeneración de los telómeros y, por tanto, mantiene la capacidad replicativa de las células. Los últimos estudios apuntan a la posibilidad de que la activación de la telomerasa en el organismo puede producir un alargamiento de los telómeros y, en consecuencia, llegar a aminorar o revertir el proceso de envejecimiento.
Nuestra verdadera edad. El factor biológico.
Las dos edades clave del ser humano son la cronológica y la biológica: